Con motivo de la celebración del Día del Libro, he tenido la oportunidad de entrevistar a María Vilar. María es licenciada en Filología Gallegoportuguesa y Filología Románica, además de doctorada en Literatura. Fue mi profesora de literatura española en la Universidad del Algarve y, por eso, fue la primera persona en quien pensé para pedir una recomendación de lectura. Claro que aceptó de inmediato.
Me recomendó leer Patria de Fernando Aramburu. Cuando le pregunté el porqué, me dijo que se acordó de ese libro porque, primero, yo viví en el País Vasco; segundo, porque conoce mi personalidad y mis propios miedos. La parte positiva de tener un número más reducido de alumnos que otros grados, es que tenemos una relación más próxima con los profesores, nos llegan a conocer mejor, y así nos ayudan de una forma más personalizada.
Volviendo al libro, María me dijo que con su lectura no solo emprendería un viaje a las entrañas de uno de los conflictos político-ideológicos más complejos del siglo XX español, sino que también navegaría por el turbulento mar de las emociones.
La parte positiva de tener un número más reducido de alumnos que otros grados, es que tenemos una relación más próxima con los profesores, nos llegan a conocer mejor, y así nos ayudan de una forma más personalizada.
Fernando Aramburu, nacido en San Sebastián en 1959, afirma que sus libros “nacen de la voluntad de escribirlos” y quizás así haya nacido Patria (2016). Sin hacer spoilers, según María: “[En Patria] se nos relata el horror y la devastación provocada por un fenómeno que unos interpretaban como la honra de ser gudari (soldado en defensa de la causa de Euskal Herria y cuya militancia era interpretada como un sacrificio por la liberación del pueblo vasco), y otros, como únicamente una organización terrorista. A partir de esas premisas, Aramburu construye una historia centrada en dos familias vascas unidas por una fuerte amistad, la formada por el Txato y Bittori, por un lado, y la de Joxian y Miren, por otro. Todos ellos habían crecido en el mismo pueblo y las dos mujeres eran íntimas amigas. Pero todos esos sentimientos se dinamitan cuando la banda terrorista ETA mata al Txato, pues todos sospechan que Joxe Mari, hijo de Joxian y Miren, podría haber sido uno de los ejecutores”.
Le pregunté cual era la importancia de este libro en la historia de la literatura y me contestó que una obra literaria y su importancia solo se pueden analizar a través del tiempo y del valor de, digamos, la inmortalidad o perpetuidad, que la pueden convertir en una obra de referencia, pero que de momento es un libro que ha vendido muy bien y que fue bien acogido por los críticos.
“Desde mi punto de vista, como el mismo Aramburu dice, ‘ha tocado el nervio del tiempo’, porque no podemos olvidar que se atreve a entrar en la médula espinal de una circunstancia, como el entorno abertzale, que tiñó de sangre, horror y lágrimas un largo período del País Vasco y de la propia España”.
Por último, quiero dejaros la perspectiva de María: “Desde mi punto de vista, como el mismo Aramburu dice, ‘ha tocado el nervio del tiempo’, porque no podemos olvidar que se atreve a entrar en la médula espinal de una circunstancia, como el entorno abertzale, que tiñó de sangre, horror y lágrimas un largo período del País Vasco y de la propia España. Y no es fácil adentrarse en el fuego y no quemarse… Pero Aramburu se ha mojado, ha expresado su visión del conflicto y posiblemente ha optado por vivir en una patria en la que las palabras sirven para intentar depurar el dolor y abrir caminos hacia la recomposición y el entendimiento”.
Una vez más le quiero agradecer a la profesora María Vilar su gran apoyo para poder realizar este texto. A veces para ganar el gusto por la lectura necesitamos un empujón y les puedo confirmar que María tuvo un gran rol en hacerme volver a leer por gusto.
¡Feliz Día del Libro!
SUPERLETRA L
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