Desde pequeña me dicen que soy como un pececito. Cuando empieza el calor, soy incapaz de alejarme del mar y de la arena. Aprendí a nadar a los cinco años y, cuando me sentí segura de mí misma, me aventuré a las playas más bonitas del Algarve, en esta maravillosa costa que nos rodea.
A diferencia de muchas personas, el mar siempre me ha hecho sentir segura, tranquila y llena de alegría. Con los años, he aprendido que muchas veces lo que necesitamos es ir a un lugar que nos haga sentir especiales y en casa. Y por eso elegí esta foto. Es un lugar hermoso y maravilloso y se encuentra en Carvoeiro, Lagoa. Como nací y crecí aquí, venir a este lugar me trae la paz que necesito y siempre me siento bienvenida.
A veces es necesario ser un poco egoísta y pensar en uno mismo, aunque sea por unos instantes.
Este mar ha visto muchas cosas, ha sido mi refugio en días en los que me sentía triste o desmotivada, pero también es un lugar al que me gusta llevar a mis amigos más cercanos en momentos de alegría y celebración. Sola o acompañada, sea invierno o verano, vengo a sentarme aquí con esta vista. A veces me quedo solo cinco minutos, pero hay días en los que puedo quedarme una hora. Escucho mis pensamientos en el silencio de mi mente, saludo a algún que otro turista y evito las grandes conversaciones. Es mi momento, y a veces es necesario ser un poco egoísta y pensar en uno mismo, aunque sea por unos instantes.
Me atrevo a decir que es mi lugar favorito en todo el mundo, porque sé que, por mucho que viaje, nada podrá igualar lo que siento cuando estoy aquí.
Superletra V 2022
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