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Foto del escritorSuperletra K 2022

El recuerdo


Cierro los ojos, cuento 1, 2, 3, 4 e inspiro. Contengo la respiración durante 4 segundos, espiro lentamente y cuento 1, 2, 3, 4. Es una antigua técnica que utilizo para tranquilizarme cuando siento que el mundo se me escapa de las manos.


Una vez que tengo los ojos cerrados, visualizo un lugar, pero no un lugar cualquiera, el lugar en el que me he sentido más segura. Una vez cerrados los ojos, veo los ojos brillantes de mi abuelo. Me sonríe como solía hacerlo cuando guardábamos los secretos uno del otro. Me siento pequeña, con el pelo liso, suelto y rebelde, cayendo sobre mis hombros, con los pies descalzos en el suelo de azulejo multicolor.

De repente, oigo la voz de mi abuela, gritando algo irreconocible a través de las paredes del segundo piso de la casa. Estamos escondidos en el antiguo cuarto de mi madre, sentados en un baúl de madera donde solía guardar mis juguetes durante las vacaciones. Las ventanas del balcón acristalado están abiertas, y sentimos en la cara la ligera brisa de la noche que se avecina tras un día de verano caluroso y seco. Recuerdo esta vista con tanta claridad que puedo ver vívidamente el cielo azul claro convirtiéndose lentamente en un tono profundo de naranja a medida que pasan los minutos, creando una puesta de sol.


A mi derecha veo un campo de hierba de color verde intenso, que tiende a volverse amarillento en esta época del año. Veo unos pinos muy grandes rodeados de amapolas de color rojo escarlata que crecen donde les da la gana y un pequeño camino de tierra que lleva a la panadería del pueblo por la que he pasado mil veces.


Frente a mí, las casas son pequeñas, de no más de uno o dos pisos, de ladrillo de piedra y pintadas de blanco y azul, pero detrás de ellas, puedo vislumbrar una colina con alcornoques y encinas. Desde donde estamos sentados no podemos verlo, pero sé de memoria que en esa colina puedo encontrar establos y caballos marrones corriendo en libertad.


Esta imagen es la vista que define mi infancia, cuando lo único que me importaba era con quien jugaría al día siguiente.


Esta imagen es la vista que define mi infancia, cuando lo único que me importaba era con quien jugaría al día siguiente o a donde me llevaría mi abuela en su pequeño coche rojo. Me hace sentir tranquila, como si pudiera estar flotando en lugar de estar sentada.


Mi abuelo siempre tenía importantes lecciones que enseñarme, así que hoy, justo antes de abrir los ojos una vez más, todavía he podido oírle decir: "Cariño, nunca olvides que nuestra memoria es nuestro tesoro más preciado".


Superletra K 2022


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