Hace algunos años, viajé por Turquía, un país maravilloso e impresionante por su exotismo. La gente, simpática y acogedora, es muy diversa y su aspecto físico varía de región para región.
Turquía está ubicada en dos continentes, la mayor parte está en Asia y la parte más pequeña en Europa. Es el tercer país más poblado de Europa, después de Rusia y Alemania, con un total de 78 700 000 de habitantes (2015) y Ankara es su capital. El clima es mediterráneo, se habla turco y su religión principal es el islam. Tiene la lira turca como moneda y el sistema de gobierno es una república parlamentaria. Estambul es su principal ciudad y la única bicontinental del mundo, pues una parte está en Asia y la otra en Europa. Es una megaciudad con más de diez millones de habitantes.
La economía turca se basa en la agricultura, la industria y el turismo. Turquía cultiva muchos frutos secos y cereales, sobre todo trigo. Las especiarías en los bazares son uno de los productos más característicos, junto con la producción textil, famosa en todo el mundo.
Capadocia nos presenta un escenario surreal, con sus picos rocosos en forma de chimeneas y las cuevas excavadas en la roca.
En el sur, lleno de playas y hoteles, está Antalya, una de las estancias turísticas más famosas. Capadocia, en el centro-norte, nos presenta un escenario surreal, con sus picos rocosos en forma de chimeneas y las cuevas excavadas en la roca que servían de techo y escondite a los habitantes (trogloditas), sobre todo religiosos. En Göreme (Anatolia Central), aún se puede visitar iglesias y monasterios excavados en las montañas. También es allí donde se realizan subidas en globo aerostático, con una vista impresionante sobre todo ese espacio rocoso de chimeneas que parecen brujas con sombreros, llamadas "chimeneas de las hadas".
Viviendas trogloditas, entrada a una iglesia excavada, túnel de una ciudad subterránea y "chimeneas" de roca en Göreme.
En Turquía hay kilómetros de ciudades subterráneas, debido a las invasiones de otros pueblos a lo largo de su historia. Hay una que tiene 30 pisos bajo tierra, donde solía vivir la gente. Allí cultivaban, conservaban alimentos y criaban animales. Tenían agua y espacios variados, todo muy bien pensado. En el exterior, unas pequeñas aberturas camufladas servían como sistema de ventilación.
Además, hay un sitio que me sorprendió realmente: Pamukkale, un parque natural que parece un castillo de algodón. En sus terrazas y piscinas de travertino (una roca sedimentaria formada por depósitos de carbonato de calcio), llenas de aguas minerales uno se puede bañar y disfrutar de la impresionante vista.
Me gustaría mucho de volver a este maravilloso y encantador país euroasiático y descubrir más sobre sus tesoros.
Superletra F 2022
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