Los recuerdos vienen a mi mente al mirarte. Recordarte es tan fácil y me invade un sentimiento de orgullo. Todos los años que pasé ahí celebrando el día de Año Nuevo con mi familia y amigos vienen a mi cabeza a la vez al contemplarte. Parece que todo fue ayer. ¿Cómo puede una fotografía hacernos viajar por nuestra memoria así, de una forma tan profunda?
La dimensión simbólica de esa fecha me trae la esperanza en el futuro y mirarte me conduce a mi adolescencia, cuando toda mi familia se reunía en la azotea de mi casa y nos olvidábamos de nuestros problemas por un momento, dábamos las gracias por el año que finalizaba y por el privilegio de estar juntos. Después de la medianoche, mi casa se llenaba de una joven energía: mis amigos. Con ellos, bailaba y cantaba hasta el alba, que para mí era una de mis partes favoritas.
¿Por qué en esa fecha mirar al cielo se convertía en una experiencia sublime?
Era la misma azotea de los restantes 364 días del año, con los mismos vecinos y las mismas casas amontonadas de un sencillo y desordenado barrio del Rio de Janeiro. ¿Por qué en esa fecha mirar al cielo se convertía en una experiencia sublime? Observar el crecimiento del ofuscante amarillo conquistando aquel azul tan oscuro, casi negro, me hace creer en que lo bello de la vida siempre se propaga y que siempre podemos poner un punto final al dolor.
A veces, miro al cielo buscando la misma esperanza que sentía cuando celebraba ese día junto a mis seres queridos.
Ahora, muy lejos de aquel paraíso mío, a veces, miro al cielo buscando la misma esperanza que sentía cuando celebraba ese día junto a mis seres queridos. Cuando la encuentro, además de la añoranza, me viene un sentimiento de victoria al ver de dónde salí y todo el camino que recorrí hasta aquí.
No importa adónde vuele, tú, mi querida fotografía, siempre me llevarás a mi hogar y me acogerás.
Superletra E
Texto perfecto y hermoso lugar. Ojalá lo pueda conocer 😍