Las memorias de tu infancia son las que te dejan más huellas. Sea por las sensaciones que te provocaban, sea porque te sentías seguro o porque te sentías desprotegido. Sea por lo que sea, tus memorias hacen de ti quien eres hoy en día.
Yo soy alentejana, por eso, creo que la mayor parte de mis memorias están en Alentejo, principalmente con mis abuelas.
Saber que al fin del recorrido voy a encontrar un maravilloso paisaje con vistas al mar, con una perfecta puesta del sol en el horizonte, me hace sentir que mi vida tiene sentido.
Porto Covo es una tierra alentejana, cerca del mar, muy pequeña y turística. Mi abuela nos solía llevar a Porto Covo en nuestras vacaciones de la escuela. Mi primo y yo éramos supercuriosos e intentábamos descubrir nuevos paisajes y nuevas playas. En nuestra imaginación nadie había estado allí, excepto nosotros. El olor del mar, el sabor salado de las olas revueltas, el dolor en los pies de tanto explorar en las rocas... Todo eso, para mi primo y para mí, era el gusto del verano.
Hasta hoy en día, mi mayor placer es caminar por las calles llenas de colores, en las tardes calientes de Porto Covo, comiendo un helado de fresa. Y saber que al fin del recorrido voy a encontrar un maravilloso paisaje con vistas al mar, con una perfecta puesta del sol en el horizonte, me hace sentir que mi vida tiene sentido. Y que todos los días aburridos y estresantes que tengo en la ciudad dejarían de serlo, si al fin del día, antes de oscurecer, pudiera estar frente al mar, solo una vez más, con ellos, comiendo un helado dulce como esta memoria.
Superletra S 2023
Comentarios