Con motivo del Día del Libro, he hablado con Ana Isabel Soares, profesora de literatura en la Universidad del Algarve. Cuando le pedí que me recomendase una lectura, me dijo que, en primer lugar, había pensado en las obras que suelen venirle a la cabeza cuando se lo piden: el Quijote, de Miguel de Cervantes, o Quincas Borba, del brasilero Machado de Asís. Sin embargo, en este caso se decidió por Quinzinzinzili que, aunque no sea un clásico, es una novela muy interesante de Régis Messac, un autor francés poco conocido. Además, el libro ha corrido la suerte de ser traducido al portugués por una amiga suya a la que aprecia mucho.
Ana escogió este libro porque su intriga se relaciona con algunas incertidumbres y perplejidades que ocurren en la actualidad. La obra cuenta la historia de un grupo de personas, jóvenes en su mayoría, que se encuentran en una tierra deshumanizada, ya que un cataclismo ha destruido a los demás seres vivos y quienes sobreviven van perdiendo poco a poco sus características humanas.
Su lectura nos hace pensar en los rasgos que nos convierten en humanos. Aquellos que persisten ante una sacudida gigantesca de los pilares de la civilización y que, cuando desaparecen, nos convierten en seres que responden a instintos salvajes.
Tal vez os estéis preguntando por qué se adecua tanto a esta situación tan extraña que súbitamente afecta a toda la humanidad. Ana nos cuenta que su lectura nos hace pensar en los rasgos que nos convierten en humanos, es decir, aquellos que persisten ante una sacudida gigantesca de los pilares de la civilización y que, cuando desaparecen, nos convierten en seres que responden a instintos salvajes. Uno de ellos es el lenguaje, que tiene esa capacidad para unirnos a través de la comunicación. Así, el libro nos cuestiona acerca de lo que se pierde si desaparece el lenguaje común.
Cuando leemos un libro, siempre recordamos algo y nuestra entrevistada ha escogido la siguiente cita:
Gérard Dumaurier! Gérard Dumaurier! Repito este nome em voz alta, agarro-me a este nome como um afogado a um ramo, apesar de este nome já não significar grande coisa. Sinto que a minha identidade me foge, sinto-a dissolver-se, fundir-se. Alguma vez existiu sobre a terra um homem chamado Gérard Dumaurier? Alguma vez existiu sobre a terra fosse quem fosse...? (Régis Messac, 1935. Quinzinzinzili, tradução de Inês Dias, Lisboa, ed. Antígona, 2017, p. 13.)
Estas palabras nos conducen a una pregunta incómoda: saber si habrá existido gente sobre la tierra, al mismo tiempo que la pregunta surge del pensamiento de un ser humano que habita el planeta. Esta atractiva paradoja incitó su curiosidad como lectora.
En definitiva, la novela nos hace pensar en nuestra propia existencia. Por eso, es importante que quien la lea, lo haga con la mente abierta. Tanto su estilo narrativo como sus temas son extraordinarios, así que no os sorprendáis si cuando empecéis a leerla no conseguís parar como le sucedió a nuestra entrevistada.
Ana Isabel Candeias Dias Soares es doctorada en Teoría de la Literatura (FLUL, 2003), tiene un postdoctorado en cine portugués y poesía (FLUL, 2009). Enseña en la Universidad del Algarve (UAlg) desde 1996 y ha impartido clases en otras universidades nacionales e internacionales. Fue la fundadora y la primera presidenta de la AIM-Associação de Investigadores da Imagem em Movimento. Es miembro del CIAC-Centro de Investigação em Artes e Comunicação (UAlg).
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