La primera vez que salimos del país, los nervios se apoderan de nosotros, no dormimos, no comemos y se nos pasan por la cabeza todo tipo de situaciones. La segunda vez, te sientes más preparado, conoces la rutina, sabes qué esperar y qué hacer.
Llegar a un lugar nuevo nos sumerge en un mar de emociones: felicidad, entusiasmo... Pero, sobre todo, conlleva una sensación de libertad inigualable, imposible de describir. Praga me dio eso. Un lugar que nunca había visitado y donde una parte de mí se quedó.
Me resulta imposible pensar en la idea de aburrirme en esta hermosa ciudad.
Para alguien que ha estado allí varias veces, me resulta imposible pensar en la idea de aburrirme en esta hermosa ciudad. Cada vez que la visitaba, siempre descubría cosas nuevas. Como es una ciudad tan grande, hay varios distritos, que están separados por números, por eso, existe “Praha 1”, “Praha 2”...
Es una ciudad con más de 1000 años de antigüedad, con una historia y una cultura que nunca se acaban, miles de sitios que explorar y unos paisajes que son sencillamente impresionantes, sobre todo cuando cae nieve sobre la ciudad.
Hay mil y una cosas que apreciar en la capital, especialmente en staroměstské náměstí.
Hay mil y una cosas que apreciar en la capital, especialmente en Staroměstské náměstí, más conocida como la plaza del casco antiguo. Degustar el trdelnik, así como la cerveza checa; visitar el castillo de Praga, el Puente de Don Carlos y el reloj astronómico, llamado Orloj, y vivir su vida nocturna son cosas que no hay que perderse.
¡Atrévete! ¡Sé valiente, sé aventurero, llévate al límite de tus capacidades y amplía tus horizontes! No permitas que un solo mundo sea suficiente para ti.
Superletra Y 2023
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