En Ferragudo, en la Praia do Molhe fue donde crecí.
Tengo recuerdos en esta playa desde que era niña y aún hoy sigo creándolos.
El primero que tengo es de cuando iba con mi padre todos los domingos y pasábamos todo el día jugando, pero aparte de estar con él, siempre encontraba a otros niños con los que jugar.
¡No veía la hora de que fuera domingo para ir a la playa!
Luego crecí y se convirtió en el lugar donde pasaba las tardes con mis amigos.
Luego crecí y se convirtió en el lugar donde pasaba las tardes con mis amigos. Nos poníamos en la parte alta, desde donde podíamos ver toda la playa, y escuchábamos música y hablábamos de todo. A veces íbamos allí sólo para ver la puesta de sol y no hablábamos de nada, sólo disfrutábamos de la compañía y el paisaje.
Más tarde, cuando empecé a trabajar en los veranos, iba allí con mis compañeros de trabajo después de cerrar y nos quedábamos comiendo helado y hablando hasta que se hacía de noche.
Desde pequeña me gusta ver la puesta de sol.
Creo que desde pequeña me gusta ver la puesta de sol y quizás eso hace que esta playa sea especial para mí. La veía con mi padre, con mis amigos, con personas que ahora ya no son mis amigos o incluso sola.
En esta playa tuve momentos buenos y malos, pero esto me enseñó que hoy se acaba y mañana vuelve a empezar, que las personas son pasajeras y que hay que disfrutar de cada momento.
Superletra D 2023
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