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Exploradores en un planeta inhóspito

Foto del escritor: Superletra LSuperletra L

Ir a la playa en mi tierra natal no es como aquí. Aquí cojo el autobús a toda prisa para llegar pronto con la esperanza de que haya un lugar donde pueda broncearme. En mi tierra no hay prisa, la noción de tiempo es diferente, porque allí no podemos ir a la playa por la mañana y volver a las dos de la tarde, sino que tenemos que planear todo el viaje previamente.


Yo todavía no tenía voz ni voto para decidir nada, porque era una chiquilla que solo pensaba en el camino del desierto del Namib.

De hecho, había muchas cosas que decidir. ¿Cuánto tiempo estaríamos allí? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Y cuántas familias vamos? ¿El vecino también viene? ¿Cuánta comida llevamos? ¿Cuántos jeeps? Y ¿quién conduce el camión? Pero, yo todavía no tenía voz ni voto para decidir nada, porque era una chiquilla que solo pensaba en el camino del desierto del Namib.




El contraste del azul tranquilo del cielo y el naranja de la tierra inmaculada me hacían imaginar que éramos exploradores de un planeta inhóspito.

Me fascinaban los colores del desierto. El contraste del azul tranquilo del cielo y el naranja de la tierra inmaculada me hacían imaginar que éramos exploradores de un planeta inhóspito. El camino era tan largo que me recostaba contra la ventana que seguía abierta, y a veces dormitaba, mientras contemplaba las diferentes figuras de las nubes.


Era un paisaje que me provocaba al mismo tiempo una sensación de grandeza y una mezcla de miedo y curiosidad.

La verdad es que el desierto era un paisaje que me provocaba al mismo tiempo una sensación de grandeza y una mezcla de miedo y curiosidad. Es más, tenía ganas de salir del jeep y saber qué animales vivían allí, o incluso, qué personas. “¿Serían como yo?”, me preguntaba.


Cuando nos acercábamos casi al final del camino, podía oler la brisa del mar, pero aún estábamos muy lejos de la playa, ya que había otros lugares por los que teníamos que pasar. De hecho, también podría describirlos aquí, pero no de la misma manera.


Al final, son solo recuerdos de mi infancia. Hoy en día, cojo el autobús y llego a la playa en un santiamén.


Superletra L




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