Para mí, la playa de Faro es un lugar especial, que me vio crecer y que he visto cambiar como yo también lo he hecho.
Cuando era pequeña iba con mi madre y mi hermana a hacer castillos de arena, nos quedábamos en la parte de la Ría Formosa porque era más tranquila para nosotras. La playa tenía tenderetes y algunas casas.
Unos años después, iba en bicicleta con unas amigas. Almorzábamos en uno de los restaurantes que se fue haciendo más popular con los años y nos quedábamos en la parte de la ría más para saltar desde un puente donde se cogían las lanchas.
A los 16 años iba en bus porque empecé allí mi primer trabajo, con algo de miedo, pero en un lugar que ya me era familiar, lo que me hizo hacer muchos amigos y sentirme a gusto. En la playa había sunsets, más casas y hasta un hostal nuevo. Un par de años después empezaron las obras para construir un paseo.
Mañana no sé qué habrá cambiado en mí, o en este lugar que ya es parte de mi vida, pero sé que siempre estaremos conectados.
Hoy ya tengo el carnet de conducir, así que me voy en coche con mi novio y mi perro, a pasar por la obra que terminó por fin: “las pasarelas de madera".
Mañana no sé qué habrá cambiado en mí, o en este lugar que ya es parte de mi vida, pero sé que siempre estaremos conectados de alguna manera porque crecimos y cambiamos juntos.
Superletra I 2023
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