Sé que todos mis textos vuelven a este lugar, es donde todo comenzó y donde todo terminó. La arena donde estoy sentada podría contar nuestra historia, pues recogió nuestros recuerdos.
Siento el aire frío de la tarde de septiembre en mi cara, recordándome cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que lo vi. Cuatro meses. Ya casi he recuperado mi peso normal, no me siento sin aire todas las mañanas al levantarme, pero sigo teniendo un peso en el pecho y al mismo tiempo una sensación de vacío.
Mientras veo las olas ir y venir, recuerdo el día que vinimos a la playa en invierno.
Mientras veo las olas ir y venir, recuerdo el día que vinimos a la playa en invierno. Estábamos completamente solos y él quería que nos metiéramos en el agua helada. Yo estaba aterrorizada. Para cualquier otra persona puede parecer algo simple, pero nunca me ha gustado nadar con olas grandes. Tenía miedo de perder el control. Me dijo que tenía que superar el miedo, como si no estuviera viviendo si no lo hacía. Y lo intenté. Por él, lo intenté.
Ese día pensé que lo necesitaba para ser más fuerte, lo necesitaba para luchar contra mis miedos, lo necesitaba para ser mejor.
Durante todo este tiempo pensé que era mi culpa, me culpé por lo que pasó. Él me hizo creer que no era suficiente tal como era y yo me deshice, rompí todas mis partes por la mitad para encajar en lo que creía que le haría quedarse. Hasta el punto de que ya nadie me conocía, ni mis amigos, ni mi familia. Me volví irreconocible. Todo lo que quería era que él fuera feliz, olvidándome de mi propia felicidad. Me perdí corriendo detrás de alguien que nunca me quiso de verdad. ¿Y para qué?
Cuando le decía a la gente que no quería estar con nadie más, me miraban como si estuviera loca, como si debiera tener miedo de no tener a nadie. Quizás lo estaba. La idea de confiar en alguien nuevo me asustaba mucho más. Me gustaría poder decir que ya no siento nada por él, por lo que fuimos y por lo que vivimos. Solo porque una persona te ha hecho daño no significa que tus emociones ya no estén ahí, no significa que dejes de querer a esa persona por ello.
Día a día voy aprendiendo a vivir sin él, buscando lo que era y conectando con mi nuevo yo.
Día a día voy aprendiendo a vivir sin él, buscando lo que era y conectando con mi nuevo yo. Comprendí que cuidarme a mí es tan importante como cuidar a los demás y que necesito amarme a mí misma antes que a los demás. Con el tiempo dejaré ir lo que me hizo daño, poniéndome en primer lugar, al no conformarme con menos, solo porque tenga demasiado miedo de perder a alguien. El hecho de que hoy esté aquí después de todo es prueba suficiente de que nunca he necesitado a nadie para ser plenamente yo.
Superletra K 2022
Texto escrito y revisado con la colaboración de las superletras 2022
Fotografía de la superletra M 2022
*El título de este texto es una traducción literal de la expresión portuguesa "um dia de cada vez", que trasmite la idea de aprovechar todos los días sin preocuparse demasiado por lo que sucederá mañana. Se suele usar cuando queremos animar a alguien. En español utilizamos "poco a poco" y puede traducirse también por "día a día" o "un día a la vez".
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